martes, 21 de marzo de 2017
Arnaldo Mattogno: Carta a una señorita en París (Bestiario, 1951)
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On: 15:44
Arnaldo Mattogno: Carta a una señorita en París (Bestiario, 1951): Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele i...
viernes, 11 de septiembre de 2015
Gabriela Mistarl
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On: 13:26
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
martes, 21 de julio de 2015
lunes, 13 de julio de 2015
Pablo Neruda ...Frases
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On: 6:17
Hace 111 años, Chile parió a uno de los mejores poetas internacionales de todos los tiempos. Creo que ya diciendo esta frase todos saben ponerle nombre. ¿Es necesario decir que fue Pablo Neruda? ¡Pues sí, es necesario! Porque es un nombre que ni se olvida ni se debe olvidar.
Tal día como hoy, 12 de julio, pero del año 1904, casi estrenando siglo, nació este poeta. Su verdadero nombre era Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, y sólo con decir, para aquellos que no lo sepan, que fue Premio Nobel de Literatura en 1971, nos hacemos una idea de la importancia que ha tenido y tiene aún este autor para la literatura universal.
En este artículo no quiero extenderme en su vida, simplemente quiero darle un poco de “voz y voto”, recordando lo que mejor él sabía hacer: sus escritos y sus frases.
- Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
- Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
- ¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?.
- Para que nada nos separe que nada nos una.
- El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
- La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.
- Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
- Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.
- Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos? ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?
- Sembremos la llanura antes de arar la loma.
- El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.
- No hay más destino que el que nos haremos a pura sangre, a mano.
El artículo Hace 111 años… ha sido originalmente publicado en Actualidad Literatura
miércoles, 10 de junio de 2015
Continuando con el homenaje al gran García Lorca: ¨La cogida y la muerte¨
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On: 9:08
Federico García Lorca
La cogida y la muerte
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en Punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
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