miércoles, 10 de junio de 2015

Continuando con el homenaje al gran García Lorca: ¨La cogida y la muerte¨

By: imagenes On: 9:08
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  • Federico García Lorca
    La cogida y la muerte


    A las cinco de la tarde. 
    Eran las cinco en punto de la tarde. 
    Un niño trajo la blanca sábana 
    a las cinco de la tarde. 
    Una espuerta de cal ya prevenida 
    a las cinco de la tarde. 
    Lo demás era muerte y sólo muerte 
    a las cinco de la tarde. 

    El viento se llevó los algodones 
    a las cinco de la tarde. 
    Y el óxido sembró cristal y níquel 
    a las cinco de la tarde. 
    Ya luchan la paloma y el leopardo 
    a las cinco de la tarde. 
    Y un muslo con un asta desolada 
    a las cinco de la tarde. 
    Comenzaron los sones de bordón 
    a las cinco de la tarde. 
    Las campanas de arsénico y el humo 
    a las cinco de la tarde. 
    En las esquinas grupos de silencio 
    a las cinco de la tarde. 
    ¡Y el toro solo corazón arriba! 
    a las cinco de la tarde. 
    Cuando el sudor de nieve fue llegando 
    a las cinco de la tarde 
    cuando la plaza se cubrió de yodo 
    a las cinco de la tarde, 
    la muerte puso huevos en la herida 
    a las cinco de la tarde. 
    A las cinco de la tarde. 
    A las cinco en Punto de la tarde. 

    Un ataúd con ruedas es la cama 
    a las cinco de la tarde. 
    Huesos y flautas suenan en su oído 
    a las cinco de la tarde. 
    El toro ya mugía por su frente 
    a las cinco de la tarde. 
    El cuarto se irisaba de agonía 
    a las cinco de la tarde. 
    A lo lejos ya viene la gangrena 
    a las cinco de la tarde. 
    Trompa de lirio por las verdes ingles 
    a las cinco de la tarde. 
    Las heridas quemaban como soles 
    a las cinco de la tarde, 
    y el gentío rompía las ventanas 
    a las cinco de la tarde. 
    A las cinco de la tarde. 
    ¡Ay, qué terribles cinco de la tarde! 
    ¡Eran las cinco en todos los relojes! 
    ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!