viernes, 16 de mayo de 2014

Bertolt Brecht

By: imagenes On: 13:35
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  • Bertolt Brecht




    Primero se llevaron a los comunistas
    pero a mi no me importó
    porque yo no era.
    En seguida se llevaron a unos obreros
    pero a mi no me importó
    porque yo tampoco era.
    Después detuvieron a los sindicalistas
    pero a mi no me importó
    porque yo no soy sindicalista.
    Luego apresaron a unos curas
    pero como yo no soy religioso
    tampoco me importó.
    Ahora me llevan a mi
    pero ya es tarde.

    Kalil Gibran

    By: imagenes On: 13:23
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  • Entonces dijo Almitra: Háblanos del amor.

     Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silencio cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo él:

     Cuando el amor os llame, seguidle, aunque sus caminos sean agrestes y escarpados.

     Y cuando sus alas os envuelvan, dejadle, aunque la espada oculta en su plumaje pueda heriros.

     Y cuando os hable, creedle, aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños.

     Como el viento asola vuestros jardines. 

    Porque así como el amor os corona, así os crucifica. Así como os agranda, también os poda.



    By: imagenes On: 13:17
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  • Tiziano Terziani




    By: imagenes On: 13:09
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  • By: imagenes On: 13:03
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  • La Biblioteca de Babel.
    El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas. A izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades fecales. Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto. En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito...
    Jorge Luis Borges, La Biblioteca de Babel.